miércoles, 12 de febrero de 2014

Mi parto no respetado { por mi }

Mi cabeza no deja de pensarlo, antes aun pensaba más deprisa, ahora vienen los fantasmas de vez en cuando.

¿Que hubiera ocurrido si no hubiese pedido la Hamilton?

¿Hubiese nacido Lia el 22 de diciembre?

¿Como se hubiese desarrollado el parto?

Nunca lo sabré, no sabré nada de eso, y me duele. Me traicioné al pedir la maniobra, me traicioné al consentir la oxitocina, me traicioné al permitir la rotura de bolsa de forma artificial.

Ahora ya es tarde, lo sé. Los nervios hablaban por mi, el miedo era el que decidia, y mis deseos quedaron apartados al final de la lista. 

Recuerdo el dia que peor me sentí, cuando ingresaron a mi hija en la UCI con 14 dias, por infección respiratoria. Entonces vi el peligro, sentí que quizá si no hibiera "estimulado" el parto, mi hija no estaria pasando por eso. Nunca lo sabré.

Mi modesta intuición me dice que su dia no era el 22, sino el 23. Pero ya no importa lo que intuya.
Me alegro de que todo saliese bien, pero se me ha quedado esa espina. Quien sabe, quizá a la tercera vaya la vencida...

miércoles, 5 de febrero de 2014

Crónica de un parto anunciado

Después de haber empezado a notar contracciones desde la semana 28 de embarazo, de haber manchado varias veces y haber pensado más de una vez "hoy es el dia", creo que no hay mejor titulo para describir el parto de mi hija, que este.

Y es que a medida que se acercaba la semana que me puse de parto con mi hijo, 37+4, empezaba a ponerme nerviosa, no sé porque, pero a pesar de las contracciones y molestias, intuia que este parto no seria tan tempranero como el anterior y que no se iniciaria tampoco por rotura de bolsa. En ambos casos, acerté.

El dia que cumplí las 38 semanas, viernes 20 de diciembre, comí en casa de mi suegra como cada viernes, y empecé a notar pequeñas contracciones. Llevaba toda la semana deseando ponerme de parto, ya que mi marido se iba el lunes, por lo que si no sucedía nada, pasaria la nochebuena y navidad lejos y yo temia que pasaria el parto sola...porque evidentemente no le daria tiempo a regresar. Esa tarde estaba en casa la abuela de mi marido, la pobre tiene alzeimer y no dice nada coherente, y empezó a decir que yo tenía mala cara. 

Mi marido se fue no recuerdo a donde, y me quedé alli con mis suegros y mi cuñado, y la mujer no le dejaba irse a este último, porque decía que me tenia que llevar al hospital. Todos nos reiamos, y la mujer erre que erre y yo notando las contracciones, pero sin decir nada, habia notado tantas veces!!

Pasó la tarde y fuimos a casa, vino mi cuñado y su mujer, y ella me dijo que tenia mala cara, la verdad es que ya eran más molestas pero no dolían. Mi cuñada me animó a que me acercara al hospital para que me mirasen, por si habia dilatado. Al final acepté, sería por las ganas que tenia de parir.

Cuando llegué me pusieron en monitores y me exploraron, 2cm escasos y cuello sin borrar. Ohh que chasco!!. Aun asi el monitor reflejó bastante dinámica, y decidieron ingresarme. { bien! Pensé }

En la habitación estabamos solos mi marido y yo, y enseguida noté que la cosa se habia parado, pero no queria reconocerlo, asi que cuando él preguntaba si sentia contracciones le decia que si. Al poco ingresó una chica con su pareja, ya estaba cumplida y tenia contracciones, poco a poco se le notaba más apurada, y de madrugada se la bajaron a paritorio.

La noche la pasé genial, me vino bien para dormir, mi hijo se quedó con sus primos, solo me despertaban de vez en cuando los lloros de los bebes, cuando los entraban a la sala cambiador que estaba justo al lado, y donde los veia por una ventanita..pronto estaría yo así, no me lo creía.

Por la mañana volvieron las contracciones, pero muy suaves, todo el mundo preguntaba si había novedades, subió la chica con su bebé y empezó a recibir llamadas, visitas...joo yo queria ponerme de parto ya! El dia 17 fue luna llena, y ya me habian avisado de un par de chicas que cumplian como yo, y habian parido ya. Me empezaba a desesperar...aun me faltaban 2 semanas para cumplir, pero no queria pasar sola las navidades, no queria pasar el parto sola, tenia la intuicion que el lunes 23, cuando se fuera mi marido yo me pondria de parto y me agobiaba. Por no hablar del miedo que he tenido en todo el embarazo, la sombra de que algo pudiera salir mal, que el bebe no se decidiera a salir y algo malo sucediera. Tantas contracciones, tantas veces pensando " será hoy?". Estaba desesperada.

Me llevaron a monitores, por el camino, el celador que me acompañaba hablaba con una enfermera, y en la conversación soltó: ella se va de alta. { será cabrón!!-pensé} Me sentó fatal.

Una vez en monitores intenté engañar a la máquina...quizá pensaba que si seguia ingresada el parto se desencadenaria, o es que queria llevarle la contraria al capullo del celador..lo que puede hacer la desesperación!!
Empecé a hacer fuerza cuando respiraba, llenando mucho la barriga y aguantando el aire, y la máquina registraba una subida en el tono del útero. Bien!!. Se reflejaron bastantes contracciones aunque de poca intensidad, como era evidente. Y entonces me pasaron a la consulta de la gine, la misma que me habia atendido cuando habia ido por contracciones o manchados. Me exploró y lo que me temia, seguian los 2cm, y el cuello borrado a la mitad. Noooo. Me dijo que podia estar asi horas, dias o incluso semanas y entonces le solté si me podia hacer la maniobra de Hamilton.

(Si no conoceis en que consiste la maniobra, aqui teneis una breve descripción)

La gine se extrañó, me dijo que no estaba cumplida, la enfermera me miró con cara rara y entonces me derrumbé. Empecé a explicar, mientras lloraba, que mi marido se iba el lunes, que me quedaba sola, etc etc. A todo esto la gine me comentó que no estaba desfavorable para hacer la maniobra, y mientras yo explicaba y la enfermera me cogia la mano y me tranquilizaba, la ginecologa se puso los guantes de nuevo, introdujo la mano y sentí un tacto molesto, pero bastante soportable.

- me has hecho la maniobra? Le pregunté

-si, ya esta. Pero ten en cuenta que son 38 semanas...si luego pasa algo...

- pero es peligrosa?-me asusté

Las dos me contestaron que no, que para nada, y vi su guante impregnado en sangre. Por un momento empecé a sentirme mal por haberla pedido, por si algo malo pudiera pasar.

Me recomendó que andase, y estuviese con mi marido todo el rato ( se sobrentiende para que) y la enfermera me dijo que tomase chocolate caliente. Ya lo he hecho, le comenté " mi marido me ha traido chocolate con churros esta mañana".


Salí de alli mucho más contenta, y le hice caso a la ginecologa, estuvimos andando casi toda la tarde, subí las escaleras del piso, y esa noche no me separé de mi marido. Yo no dejaba de buscar en internet casos de exito y fracaso de dicha maniobra...ya que si dentro de las 24-48 h siguientes no te pones de parto, se considera que la maniobra ha fracasado. Ese dia, apenas noté contracciones, por lo que no queria hacerme muchas ilusiones...el lunes estaba cada vez más cerca y el parto seguía sin comenzar.

Hasta las 5:45 de la mañana, que ya llevaba notando un rato molestias, y ya no estaba cómoda en la cama.
Me levanté y empecé a controlar el tiempo entre contracción, eran muy seguidas, cada 1 o 2 minutos, y cuando habia pasado justo una hora, a las 6:45, desperté a mi marido, quien dudaba bastante de si era o no el comienzo del parto. Llamé a mi madre, que tardó bastante en venir y quedarse con mi hijo, y nos fuimos rumbo al hospital.

Llegamos sobre las 8 de la mañana, y tardaron más que otras veces en atenderme, debido al.cambio de turno..entonces, para mi pesar noté, que aunque las.contracciones eran dolorosas se habian espaciado bastante, eran aproximadamente cada 10 minutos. { no por favor, otra falsa alarma no}

Pasé a monitores y estuve aproximadamente una hora, las contracciones eran intensas pero muy irregulares. Una matrona muy agradable me hizo un tacto...en ese momento desconocia lo tremendamente importante que seria esa mujer para mi. Estaba dilatada de 2cm amplios, cuello borrado y cervix centrandose. {De 2cm solo??...mi cabeza se imaginaba lo peor y yo no dejaba de rezar " que no se pare por favor, que no se pare"}

Entonces apareció la gine que me habia hecho la Hamilton y se acercó asombrada:

- estas de parto?

- eso parece..( yo aún no lo tenía muy claro).Y sonrió.

La gine le preguntó a la matrona ( Cristina), como iba de dilatación y demás y cuando se lo dijo le comentó que me tenia que estimular, que mi marido se iba y tenia que ponerme de parto antes.

- ella es la que tiene que dar a luz este fin de semana?

- si, es esta chica, la pobre lo esta pasando fatal.

Entonces pensé que mi llorera el dia anterior no pasó desapercibida, y que me habia hecho algo "famosa".  La gine me preguntó si queria oxitocina, que sino podia estar asi todo el dia, me asusté, no me habían hablado muy bien de esa sustancia, y esta vez queria un parto sin epidural, por lo que la oxitocina suponia un dolor extra, que me aterraba. A demás queria que fuese lo más natural posible..aunque después de la Hamilton, me sentia algo decepcionada, co migo misma, claro. 

Cristina me tranquilizó, me dijo que seria en dosis muy muy bajas, que no aumentaria la intensidad de las contracciones sino que solo las regularia. Entonces asentí, y me mandaron a la sala de dilatación, la gine me deseó suerte.

Y allí comenzó el principio del fin de mi embarazo. Llamaron a mi marido para que entrase, me pusieron monitores inalámbricos, para que pudiese moverme, y me pusieron la via con la oxitocina. Me preguntó otra matrona { Teresa o Esperanza..se me ha olvidado su nombre :-( } algunas cosas tipicas sobre mi salud, y Cristina me preguntó si tenia firmada la epidural. Le contesté que si, pero que queria intentarlo sin ponermela.

No lo voy a negar, estaba acojonada, el enfrentarme al dolor me paralizaba, me angustiaba solo pensarlo...con mi hijo aguanté unas horas, hasta dilatar unos 4 cm, donde supliqué que por favor, me pusieran algo. No sabía si sería capaz, no sabía si soportaria ese dolor...pero tenía que intentarlo.

Como era domingo, 22 de diciembre, le djie a mi marido que pusiera en el movil la radio, para escuchar la loteria, y así pasamos las primeras contracciones dolorosas, entre los cánticos de los niños de San Ildefonso. He de confesar, que ese dia, el 22, era mi preferido de diciembre. Me encanta ver la loteria, y ver como cantan los premios, incluso muchas veces me emocionaba y se me escaba alguna lágrima viendolo..si, es un poco extraño, no me pregunteis porque, pero para mi el 22 de diciembre siempre ha sido un dia especial, y a partir del de 2013, lo será muchísimo más.

Las contracciones se habían regulado, y el dolor era más intenso, la matrona entraba de vez en cuando, y me dijo que las contracciones eran prácticamente mías, que lo poquito de oxitocina aún no me habí hecho efecto. Me trajo una pelota, con un empapador precintado arriba, para que pudiera apoyarme bien. Y me senté frente a la cama, con los brazos apoyados en esta, moviendo la cadera hacia un lado y a otro. Iba haciendo las respiraciones tal y como me enseñó la matrona, tal y como hacía con mi hijo, e iba apretando la sábana, estirandola, retorciendola con cada contracción. Me hicieron otro tacto, estaba de 4 casi 5 cm.

A veces me ponía de pie, otras me apoyaba en la cama, otra me sujetaba del carrito de la oxitocina, me volví a sentar en la pelota y ahhhhh, como dolia. Le pedí a mi marido que apagara la radio, sino era capaz de estampar el movil, el dolor se apoderó de mi y ya no podia seguir las respiraciones...solo me salia un ahhhhh, profundo y hasta placentero, me pedia el cuerpo gritar.

Volvió a entrar la matrona y me dijo que me romperían la bolsa, para que fuese más rápido, y asi sufriera menos. Estaba de 8cm. Me subí a la cama como pude, me pusieron una cuña, y la otra matrona, con un palo alargado, parecido a los que usa el médico para ver la garganta, me rompió la bolsa. Entonces noté el calor del líquido amniótico, recordé la rotura de bolsa con mi hijo, que fue espontanea y sin contracciones, me entristecí un poco al sentir que todo estaba siendo demasiado "artificial". Las aguas eran claras. Se llevaron la cuña, y empezó el vaciado intermitente del líquido.

El dolor era insoportable, Cristina me pedia que me relajara entre contracciones, pero yo no podia, cuando terminaba una solo podia pensar en la siguiente, mi mente no podia descansar. Ya no sabia donde sujetarme cuando venia la contracción, nada me alibiaba, me sentaba, me cogia a mi marido, y apoyaba la cabeza en su pecho, Cristina me movia las caderas, me hacia masajes en los riñones...yo solo podia gritar, sentía que me partia por la mitad.

Mi mente estaba en otro mundo, en el mundo del parto, sumergida en otra dimensión, donde nadie más podia entrar, solo mi bebe y yo, y dentro de ese mundo me sentía vulnerable, indefensa, me sentía incapaz de llegar hasta el final. Recuerdo que lloré, que me arrepentí por unos momentos de no haber pedido la epidural (por que estoy pasando por esto?, me preguntaba).

Mi marido le preguntó a Cristina si me podia poner la epidural, se lo dijo dos veces, sin yo decirle nada...me debió ver muy apurada...pero ya no había tiempo, nos dijo que estaba yendo muy rápido, que ya no me haria efecto. Entonces llegó la sensación de empujar, le dije a Cristina que queria ir al baño, me preguntó si era para orinar y le dije que no, entonces me dijo que no, que no tenia ganas de ir al baño, que era el bebe presionandome con su cabeza.

-Si quieres empujar, empuja. Haz lo que el cuerpo te pida. 

En ese momento no sabía si tenia o no ganas de empujar, era una sensación que iba y venia y el dolor no me dejaba pensar. Recuerdo que salió a llamar a la celadora. Nos vamos a paritorio!-me dijo. Tenia que subir a la cama y yo estaba paralizada, de pie, aguantando como podia..como iba a subirme a la cama, si apenas podia mantenerme en pie? Entre mi marido, la celadora y la matrona consiguieron subirme, y por el pasillo, vi la sala de monitores, y pensé en las chicas que habria dentro y yo con mi ahhhhhhhh.

Me subieron al potro también entre todos y el dolor desapareció para dar lugar a una fuerza interna y desmesurada que me pedia empujar. La matrona me animaba, no dejaba de hablarme dulcemente..vas a conocer a tu bebé! empujas fenomenal!

Con cada empujon yo me subia hacia arriba, me pedia que bajara, pero no podia, mi cuerpo empujaba por si mismo, era como si no necesitara que mi cerebro mandase la orden, no podia hacer otra cosa que empujar, con todas mis fuerzas. El grito era mas intenso, me salia de las entrañas. En 4 o 5 pujos salió mi niña, al completo,  normalmente sale la cabeza y después el cuerpo, pero ella salió del tirón. Hasta la matrona se sorprendió:

-Casi me la tiras al cubo de la basura.

Y entonces encontré la paz. Su cuerpo caliente me abrazaba. Ya no habia sufrimiento, ya no había temor, habia vencido al dolor y mi princesa gruñia encima de mi. La FELICIDAD con mayúsculas, eso fue lo que sentí. Ese estado de embriaguez, ese dolor tan emotivo, esa fuerza de la naturaleza, desgarradora, animal. Habia dado a luz sin epidural, ya sabía lo que era parir. Me sentí la mujer más poderosa del mundo.


Mi marido cortó el cordón, y la placenta costaba de salir, por lo que llamaron al ginecologo, un hombre moreno y apuesto, cuando llegó, Cristina ya habia conseguido desprender la placenta y empezaron los puntos. Me habia desgarrado un poco, y noté perfectamente el paso de la aguja y el hilo por mi piel. 

Empezó a dolerme la garganta, tanto gritar me estaba pasando factura, me dijo Cristina que habia hecho fuerza con la garganta y por eso me dolia. Me comentó que mi parto le habia encantado, yo sonreí sabiendo que lo decia para alagarme, pero concienciada de que para ella habia sido uno de tantos partos más. Le doy las gracias por el trato, por las palabras, por la ternura con la que supo llevar un momento tan delicado y especial, y espero que le entregaran la cajita de bombones y la nota que dejé para ella.

El parto de Lia supuso un antes y un después en mi vida, no solo por lo transcendental que es el nacimiento de un hijo, sino por que me devolvió la confianza en mi misma, en mi cuerpo. Me hizo sentir como nunca antes habia sentido, y me di cuenta del milagro que supone gestar y parir a un hijo.